La fotografia y la cocina, dos profesiones que sin duda, están de moda. Ambas unidas de la mano, son capaces de deleitarnos con auténticas maravillas culinarias, esto es la fotografia gastronomica. Dos modos de expresión, en donde la imagen es parte fundamental del resultado.
Afortunadamente para los que somos amantes de la cocina y de la fotografía, cada día más, la fotografía gastronómica está ganando en protagonismo e importancia, sobre todo gracias a las redes sociales, que han potenciando la necesidad de hacer y compartir fotografias gastronomicas de gran calidad, aunque a veces no es así.
La fotografía de platos cocinados y del proceso de la realización ha cambiado mucho en poco tiempo. Ahora las fotografías con luz natural, presentando los productos de forma fresca y sencilla, consiguiendo atmósferas apetecibles es lo que más se ve, y eso, a mi manera de ver ha sido una mejora. Ya quedaron atrás aquellos bodegones oscuros, con fondo negro y recargados de elementos, barroquizando la fotografía, en donde lo importante no era el plato, sino el contexto.
Ahora podemos encontrar maravillosas fotografías, aprovechando al máximo la luz natural, con emplatados sencillos pero muy elegantes, con atrezzo que acompaña pero no molesta, con tomas mucho más centradas en el elemento principal, y donde se cuida mucho el detalle, pero sin llegar a perder de vista la naturalidad del producto, en donde el ambiente de luz y composición favorece notablemente los emplatados.
Pero por otra parte, la socialización de la fotografía en redes sociales y blogs, a propiciado que mucha gente publique muchas fotos, de cualquier manera, que no son nada atractivas, provocando precisamente el efecto contrario, presentando platos en donde el aspecto no es nada apetecible y precisamente esto es algo que debemos evitar, ya que no hay nada peor para un restaurante, empresa de alimentación o blog sobre cocina, que presentar sus productos de forma regular o mal, ya que esto precisamente lo que va a provocar es pérdida de clientes o seguidores.
Para ello, aprovechando mi experiencia en fotografia gastronomica, he querido compartir una serie de consejos para mejorar notablemente vuestras fotografías gastronómicas con unas sencillas reglas, que espero os sean de utilidad, y teniendo en cuenta que cada vez que publiquéis una fotografía de un plato, estais enseñando y vendiendo a miles de personas vuestro producto, y que la imagen de este es lo más importante, y lo que os va a permitir captar clientes, comensales o seguidores.
Menos es más. La mayoría de las veces nos empeñamos en meter muchos elementos en la fotografía, y precisamente hay que hacer lo contrario. Acostumbrate a cerrar el plano y acercarte al elemento principal para destacarlo
Evita el exceso. Siguiendo con el punto anterior, evita los platos llenos de comida y excesivamente abundantes. Es mucho más atractivo un plato con pocos elementos y que destaquen que un plato a rebosar de comida
Aprovecha la luz natural. Es tu principal fuente de luz y además económica. Es sorprendente en fotografía gastronómica los buenos resultados que se consiguen con una luz natural de ventana, correctamente tamizada con papel vegetal, y uno o dos cartulinas blancas.
Utiliza el desenfoque. El bokeh está de moda. Acércate al plano principal e intenta desenfocar algo en primer plano y algo en segundo plano, estéticamente queda muy bien y gusta mucho.
Cambia el punto de vista. No hagas las fotografías siempre igual, juega a cambiar el punto de vista, a inclinar las fotografías, a realizar diferentes tomas desde varios angulos y elige la que más te guste.
La importancia de la preparación. Esto es un tema fundamental. Antes de hacer ninguna foto, hay que prepararlo todo bien, el suelo, el fondo, la luz, los elementos, y cuidar al máximo los detalles. En el detalle muchas veces está la diferencia.
El protagonista siempre es la comida. Aunque parezca una tontería, suelo ver fotografías en donde se distraen y se les olvida darle el protagonismo a otros elementos que no son lo que realmente debe tener importancia. El producto principal debe de verse claramente en la fotografía.
Aprende a rellenar las sombras. Esto es tan fácil como comprar cartulinas rígidas o cartón pluma blanco para refejar la luz principal en la zona de sombras y rellenarlas. La foto cambia por completo
Resalta las texturas. Nada como una tarta preciosa de manzana, en donde gracias a usar la luz laterla, destacamos los trocitos de manzana, haciendo que sea mucho más apetitosa. Si el producto tiene volumen y textura, es importante destacarlo.
Intenta ser diferente. No hagas lo mismo que todo el mundo, intenta dotar de personalidad a tus fotografías, igual que haces con tus platos. Aprovecha el lugar o el momento para aportar algo y que te diferencie. La combinación de una buena fotografía y de un buen plato, es algo que no falla nunca a la vista, y piensa que lo primero de un plato, es “entrar” por los ojos, luego el olfato y luego el gusto.
¿se te ocurre algún consejo más para mejorar nuestra fotografia gastronomica?
Nota: este artículo ha sido publicado originalmente en el número 16 de la revista Gastrónomo: http://issuu.com/gastronomomurcia/docs/issuu_59221cd711bb19?e=0
Lopez Chico
enero 24, 2014
Hay un refrán aplicable a este comentario: Sabe más el diablo por viejo que por diablo. Y, esto es lo que me pasa a mí.
No me voy a extender demasiado porque, además de no querer resultar «pesado», es que haría falta escribir mucho para una pequeña lección sobre este tema. Hace muchos años que hago fotografía de alimentos; bodegones como normalmente se les llama.
Estoy de acuerdo en algunas cosas con mi joven colega, Victor Soriano…en otras no. Coincido en que el motivo principal es el protagonista, ¿Cómo no? y, por consiguiente, es lo que hay que destacar. En cuanto al estilo de fotografía, depende de cada uno y, aquí también coincido con él, la fotografía va con la época como estilo de vida y en esta reina el minimalismo.
Hay una cuestión, muy importante, en la que no coincidimos: No me gusta, para nada, verme obligado y encorsetado a trabajar con luz natural, salvo en contadas ocasiones en las que no hay otra elección. Lo más interesante que ofrece la luz natural es el precio…es gratis, en esto también le doy la razón. A mi me gusta «pintar» con luz pero esta es bastante más cara; no por el consumo, si no por el equipo necesario. Una ventana con un difusor y unos rebotes con una superficie blanca dan buenos resultados pero las fotografías serán excesivamente repetidas y nunca tendremos estabilidad, ni de intensidad ni de temperatura de color. Dependeremos del Astro Rey y no todos los días y a todas horas está del mismo humor. Otro apunte interesante: Cómo haremos una composición con fondo negro por exigencias del guión, que las hay minimalistas y preciosas, con una ventana como fuente de luz?.
En fin!,…creo que ya he escrito demasiado y he prometido ser breve.
Un saludo, a mi colega y mi felicitación a la «Gente Fénix», porque sois geniales y me encanta la variedad de temas que tocáis.
vicsoriano
enero 24, 2014
Muchas gracias por tu comentario Lopez Chico, es un privilegio que un gran profesional como tu, comente sobre un tema como éste en mi blog.
Como verás mi intención es, desde mi humilde opinión, y mi joven experiencia, aportar algunas bases y consejos para aquellos que intentan mejorar sus fotos de platos cocinados, recetas, alimentos, etc y aquellos que empiezan un poco en este mundillo, como bloguers, restauradores, cheffs, etc. A nivel profesional pocos consejos puedo darle yo a gente que, más bien, me podrían enseñar muchas cosas que me faltan por aprender, y que poco a poco voy controlando.
Respecto a la fuente de luz de una ventana, creo que para un gastrobloguer, por ejemplo, que no piensa comprarse un equipo costoso profesional de iluminación, es una opción muy interesante, lo que le permite hacer sus recetas y darles una buena presencia para su blog, pero insisto, esto no deja de ser una opinión mia personal, y un intento de ayudar a quien le pueda venir bien.
Lo de «Gente Fenix» supongo que te refieres a «Gastrónomo» que es donde se ha publicado el artículo.
Un saludo
Victor